La increíble y triste historia, de #Ladydonkey

22 septiembre, 2019
La increíble y triste historia, de #Ladydonkey

El Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) desde el rectorado de Humberto Filizola Haces, empezó a vivir un proceso de descomposición. Habiendo sido un espacio para la indagación del pasado, con cierta decencia y prestancia, se ha transformado en un espacio para la frivolidad, el dispendio, el atraco y la corrupción.
Y lo peor: un claustro en donde campea una visión chata de los usos y deberes de esa institución.
Laura Hernández, su directora, ubicada en el cargo por encargo de la madre del entonces rector Filizola Haces como llegó, ahí está: haciendo nada de relevancia. Sólo cobra. Y no sólo por ella: también prestidigita los estímulos que deberían ser para personal del IIH. (Sobre todo para los investigadores).
A la actual funcionaria universitaria, se le recuerda por sus opacas luces: fue reprobada por los catedráticos de la UNAM en la primera Maestría en Historia impartida en la UAT. Eso fue hace más de una década. (Si hubiera sido en estos días, seguramente sería conocida como #Ladydonkey en las benditas redes sociales).
Asunto menor.
Lo fundamental en tan lamentable y triste caso, es que #Ladydonkey ha instrumentado una absurda política de despido de investigadores en la oficina a su cargo.
¿Por qué tan irracional conducta?
No se sabe.
Se especula. Pero no se conoce a ciencia cierta los motivos de tan patológica actitud.
Los más, dicen que envidia el intelecto de sus colaboradores.
Los menos comentan, aspira a que esos salarios engrosen sus bolsos.
Si algo ha caracterizado a #Ladydonkey, es su amor por los fondos públicos de nuestra alma mater. Esa tendencia cleptómana, la mostró desde que a sus compañeros de Maestría, les escamoteó los fondos para visitar archivos como el AGN en la CDMX. Cinco mil pesos por tatema, no pararon en los necesitados bolsillos de los historiadores en ciernes; sí lo hicieron, en las cuentas de doña Laura.
(Lo mas triste, terrible, gacho, desagradable y ojeis, es que un servidor fue víctima de tan grande bajeza. Lo único que puedo añadir a tan abominable acto es: “pero hay un Dios #Ladydonkey”).
¿Quién protege a Laurita la reprobada?
¿Quién apadrina ahora a tan insigne engendro de la proto-Academia?
Sepa la bola.
Lo que se ve, son los enormes estropicios que realiza con tan digna institución.
Ya basta de tanto empeño para demoler nuestro lema: Verdad, Belleza y Probidad.
#Ladydonkey, no merece tener en sus espaldas, el grande honor de quienes le antecedieron en el cargo.
Y mucho menos: tener en sus manos el futuro, del instrumento institucional para explicarnos el presente a través del pasado.
Acláranos Diosito:
“¿Qué hicimos los historiadores tamaulipecos para que nos mandaras a #Ladydonkey?”