En el atardecer del miércoles, la voz de la señora Rosa Muela Morales, ex titular federal del programa de becas obradoristas en Tamaulipas, (reconocida entre los primeros lugares de eficacia y honestidad, en el país), suena tranquila, reflexiva, pero sin hacer concesiones a quien, según su propio juicio, la despidió de una manera injusta, y hasta grosera.
Una llamada telefónica entre el autor de esta columna, y la ahora ex funcionaria pública federal, da cuenta de los pormenores, en los que se dio su remoción del cargo, ordenada directamente por el llamado super Delegado, José Ramón Gómez Leal.
—No son las formas, dice la señora Muela Morales, no supo darme mi lugar, pues creo que independientemente de que no haya habido empatía entre el señor Gómez Leal y una servidora, me parece que por mi trayectoria de más de 23 años en la función pública, merezco cierto respeto. El JR no quiso darme la cara, y me envió la renuncia con uno de sus auxiliares.
—¡Muy mala leche, la verdad, muy mala leche!, expresa, a manera de remate.
—¿Cree usted que, su despido tuvo su origen en que usted no era del pequeño círculo de incondicionales ( lambiscones, llama a este tipo de personas, el Presidente de la república), mismos que obedecen al JR sin chistar, y festejan su futurismo político, a costillas de los programas sociales?, le pregunto.
Responde:
—Mira, yo me siento tranquila. No me presto a cosas que no van conmigo. Y se muy bien, que entre los motivos para que se me hiciera esto, hay mucho de ambiciones políticas. Pero en fin, aquí una vez mas quedó demostrado ese refrán que dice: ¿quieres conocer a la gente? Pues dale poder.
De su experiencia como servidora pública federal, al frente del programa de becas obradoristas, dice Rosa Muela, le queda la satisfacción del deber cumplido: “obtuvimos primeros y terceros lugares nacionales, y eso quiere decir que respondimos plenamente a la política del Presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador”.
Días atrás, el intercambio de palabras entre la señora Rosa Muela y José Ramón Gómez Leal, se dio más o menos en los siguientes términos:
—-Oye Delegado, le dijo ella, no es justo lo que me estás haciendo. He tenido como jefes a gobernadores y a más altos funcionarios, y jamás han expresado quejas sobre mi trabajo.
No sabemos que contestaría el JR, pero lo que sí se sabe es que, el desencuentro entre ambos, se dio a lo largo de quince días, lapso de tiempo, en el cual, Gómez Leal hizo valer su influencia a niveles superiores, en la CDMX, y finalmente se deshizo, de la que, con toda justicia, había sido hasta ese momento, su colaboradora más eficaz.
La que le había dado prestigio al programa de becas obradoristas en nuestro estado. Y para muestra, ahí están los datos, que hablan de un tercer lugar nacional, en la entrega de apoyos a grupos de jóvenes estudiantes en Tamaulipas.
Solo como un pequeño botón de muestra, los datos recientes sobre las entregas de Becas, en el municipio de Altamira, son los siguientes:
Becas a nivel de educación básica, 4 mil 262, de un universo de 4 mil 524, con una derrama económica de 20 millones , 457 mil 600 pesos; Becas nivel medio superior, de un universo de 6 mil 324, se entregaron 6 mil 50, con una derrama de 29 millones 40 mil pesos; y jóvenes escribiendo el futuro, 522 apoyos de un universo de 547, con un monto de 7 millones , 516 mil, 800 pesos. En total, 57 millones 14 mil 400 pesos.
Había llegado desde el mes de febrero de este año, como titular del programa de becas “Benito Juárez”, y en nueve meses le dio brillo propio a su oficina de la Coordinación Nacional de PROSPERA en Tamaulipas, hoy en el sexenio obradorista mejor conocida como Programa de Becas “Benito Juárez”.
Ciertamente, la señora Muela Morales hizo un buen trabajo y le dio lustre al que se considera , el mejor programa del Presidente AMLO, orientado a los jóvenes.
Sin embargo, Rosa, cometió un pecado capital: no se prestó a la politiquería futurista del JR, y jamás formó parte de su club de lambiscones, que utilizan los programas sociales, para promover a su jefe rumbo a la gubernatura. Eso y no otra cosa, provocó su salida, dicen.
Ya hacia el término de la charla con la señora Muela Morales, surge el comentario, sobre los graves errores administrativos y políticos que está cometiendo el super delegado JR, y de las fuertes versiones que existen sobre su renuncia:
—-Tal vez, el JR pensó: “antes de que me quiten a mi, yo te quito a ti”, reflexiona la hoy ex titular de las becas obradoristas.
Ahora habrá que ver, a quien coloca en ese cargo, el super delegado José Ramón.
Hasta ahora, la constante en quienes integran su equipo, es que son de Reynosa, y se trata de gente que, lo apoyo en su campaña a la alcaldía.
¿En el cargo que acaba de dejar Rosa Muela, designará el JR a otro de sus amigos, para saldar viejos compromisos de financiamientos electorales?