AMLO arremete contra el cabecismo, en el tema de las famosas pero hasta ahora desconocidas empresas factureras. Pero a su vez, el gobierno panista se le va a la yugular a personajes claves de las finanzas egidistas. La reacción por parte del actual sexenio del PAN, ha sido en automático, casi instintiva.
Al balconear y colocar en su lista de prófugos de la ley a los egidistas, los cabecistas buscan ante la opinión pública, atraer la atención hacia la corrupción del pasado inmediato priista. Pero al mismo tiempo se colocan como los perseguidores, y no como los perseguidos.
Lo anterior presupone el rompimiento de un pacto político entre dos aliados: Egidio y Cabeza. ¿Para efectos de estrategia electoral, como se va a traducir todo lo anterior, en la ruta hacia el 2021?
Después de que por más de tres años de cabecismo en Tamaulipas, los altos funcionarios del sexenio priista inmediato anterior, nunca fueron tocados ni con el pétalo de una sospecha, hoy se habla de que tres de los principales personajes, ligados al manejo financiero del egidismo, son ya objeto de persecución judicial, por parte de un organismo, que prácticamente es una réplica en su versión estatal de la obradorista UIF, que preside a nivel federal Santiago Nieto. La UIF cabecista, es denominada UIFE.
Entre los tres principales implicados, figura, el ex Secretario de Finanzas Silvestre “N”, que se presume por la fotografía que se trata de Silvestre Abrego Adame, el ex Subsecretario de Egresos, quien por la imagen, corresponde al brazo derecho del ex gobernador Egidio, Cristobal Rosales, y finalmente el Ex Jefe del Departamento de pagos, Jorge Contreras Chío, mismo que no era propiamente de los jefes, pero sí, era el primer operador del famoso Cristobalito, considerado como la primer chequera del señor de San Pedro Garza García.
De toda esa camarilla administrativa, lamentamos solamente lo de Contreras Chío, pues esta persona solo recibía órdenes, pero hoy sus jefes, lo están jalando hacia el pantano del descredito y la judicialización. Lo cierto es que estuvo ahí, y nunca se deslindó.
Ahora bien, para nadie es un secreto que la terna de jovenazos que gobernaban atrás del trono egidista en Tamaulipas, estaban capitaneados por el inefable Manolito Rodríguez Mier y Terán, hermano de la diputada plurinominal del PRI, Mariana Rodríguez Mier y Terán. Toda esa familia, encabezada por el ex secretario de Obras Públicas, Manuel Rodríguez Morales, hicieron y deshicieron, en el sexenio anterior, sin que nadie los molestara.
Regresando al tema de los tres personajes de la Secretaría de Finanzas, a los cuales se les atribuye los trafiques factureros con 52 empresas de Tamaulipas y de Nuevo León, el hombre clave de todo esto, se llama Cristobal Rosales, brazo derecho y personaje de todas las confianzas del Ex gobernador Egidio Torre Cantú. O sea que, si la famosa UIFE del cabecismo llegase a detener a Cristóbal, pues con ello tendría también en sus manos al ex gobernador que hoy disfruta de una vida regalada de magnate político, en su residencia multimillonaria, de San Pedro Garza García Nuevo León.
En los más elevados niveles del cabecismo saben que, todos estos altos funcionarios del área de Finanzas, trabajaban para Egidio Torre Cantú.
Pero.. volvemos a la pregunta inicial de esta colaboración: ¿Por qué hasta ahora, el cabecismo le está apretando al sexenio de quien fuese su aliado político, en la elección 2016..? Pues simple y llanamente porque, el Presidente Andrés Manuel López Obrador está presionando a través de la UIF al sexenio estatal de los vientos de cambio.
AMLO ya salió a declarar, algo relacionado con las empresas factureras recientes. Y esto ha provocado que el gobierno panista, se apresure a ir sobre el sexenio de Egidio, con lo cual están dibujando un paisaje, donde ellos son los que están limpiado la casa.
Este tipo de señales políticas, que no pintan nada bien para el sexenio egidista, tampoco lo son para el actual. Sobre todo, con las declaraciones directas de AMLO donde habla ya de manera personalizada de lo que ocurre actualmente en el estado, todo ello podría enrarecer los escenarios rumbo al 2021.
Habrá que ver, que es lo que sucede en esta cadena de sospechas y de acusaciones. AMLO lanza advertencias, como el pastorcillo dela fábula que gritaba: ¡ahí viene el lobo!» Pero al mismo tiempo, los vientos están balconeando al su antecesor Egidio Torre Cantú, quien hasta ahora, sigue haciendo mutis, desde su multimillonaria residencia sampetrina.
Hasta ahora, según los trascendidos del asunto facturero, en columnas nacionales como la de Salvador García Soto, uno de los primeros casos que asoman, en las investigaciones de la UIF, es por un faltante de mil millones de pesos, sobre la marca Tam. Pero a su vez los cabecistas le están fincando al sexenio de Egidio, responsabilidades por corruptelas que alcanzan más de nueve mil millones de pesos.