Red de corrupción hunden a PAN y PRI; MORENA camino solo.

13 agosto, 2020

Una bomba política fue detonada por Emilio Lozoya Austin en la Fiscalía General de la República, antes PGR, pues reveló la entrega de más de 500 millones de pesos en sobornos a 1 diputado federal, cuatro senadores y a un alto funcionario de un partido.

Lozoya se desempeñaba entonces como director general de PEMEX, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, y las instrucciones de repartir el dinero público las recibía directamente del Presidente de la República y de su Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.

Lozoya Austin era buscado por la justicia mexicana y la policía internacional, así como sus cómplices, incluida su madre, su esposa y una hermana, que aceptaron servirle de presta-nombres, para el lavado de dinero.

Emilio fue capturado en España, extraditado y sometido a juicio. Se acogió al programa de testigo protegido o colaborador, para recibir un trato benigno, no pisar la cárcel ni ser sentenciado.

A cambio de estos privilegios, el ex funcionario soltó la sopa como se dice en el argot policiaco, esto es, proporcionó toda la información, con nombres, fechas, números, fotografías, documentos y hasta un video, de las personas involucradas en la red de corrupción.

Según la información filtrada, los datos comprometen hasta al ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, que rápidamente saltó a la palestra para alegar inocencia y declararse perseguido político.

En un desplante infantil, Calderón (2006-2012), acusó al Presidente Andrés Manuel López Obrador, de haber ordenado que lo linchen mediáticamente, según él, porque le tienen miedo.

Felipe y su esposa Margarita Zavala renunciaron al PAN y fundaron su propio partido, México Libre, y presumen que le arrebatarán a MORENA la mayoría de espacios en la cámara federal de diputados, en las elecciones del año 2021.

Según los testimonios de la prensa, los sobornos repartidos entre legisladores y funcionarios de partido involucran a los entonces Senadores Francisco García Cabeza de Vaca, Francisco Domínguez y Javier Corral, hoy Gobernadores de Tamaulipas, Querétaro y Chihuahua, respectivamente.

Ricardo Anaya, Enrique Ochoa Reza, Pedro Joaquín Coldwell, Miguel Angel Osorio Chong, Germán Martínez Cázares, Genaro García Luna, Ernesto Cordero, son otros nombres que aparecen vinculados a la red de corrupción.

La Fiscalía General de la República inició un montón de carpetas de investigación, para cada uno de los personajes citados en su declaración por Emilio Lozoya Austin, a efecto de llamarlos a declarar y deslindar responsabilidades.

Pero el tema de este trabajo periodístico, es el daño colateral que provoca el affaire en el PAN y en el PRI con miras a las inminentes elecciones, de los años 2021 y 2022, en Tamaulipas.

Como se sabe, el PAN es aquí la principal fuerza política, porque tiene el dominio sobre el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial, así como en la mayoría de los Ayuntamientos, 31, de 43, para ser exactos.

El segundo partido en importancia es MORENA, pues ocupa las dos Senadurías de mayoría relativa, tiene la representación en seis de los nueve distritos electorales y diez espacios en el Congreso local, uno ganado en las urnas, y nueve, plurinominales.

El PRI sigue estando en la lona. Egidio Torre Cantú hizo una terrible labor de zapa que hizo caer al partido tricolor, de los cuernos de la luna, al fondo de la barranca, empezando por la traición cometida contra Baltazar Hinojosa Ochoa, en 2016.

Este partido es ahora la pura leyenda, solo el nombre. No tiene senadores ni diputados federales ni diputados locales de mayoría relativa. Ganó por inercia seis presidencias municipales, la de Ciudad Miguel Alemán, la más grande e importante.

Mariana Rodríguez Mier y Terán, es diputada federal, de representación proporcional. Es su primera incursión, gracias a que es sobrina política de Egidio.

La bancada local parlamentaria del partido tricolor es raquítica. Yahleel Abdalá Carmona, que fue derrotada en las urnas como candidata a Senadora de la República, se apuntó en la cabeza de la lista de candidatos plurinominales, abusando de su papel de presidenta estatal del PRI.

Olga Garza Rodríguez, de Reynosa, es otra figura del PRI en el Congreso local, también neófita, primeriza, sin conocimiento de leyes. En un almuerzo con periodistas de su ciudad natal, pidió con pena que no la llamen abogada, porque no terminó la carrera.

Tino Sáenz Cobos es el tercero de los diputados del tricolor. Ese sí es un catán de recodo, un venado muy lampareado, un político de colmillo retorcido. Un costal de mañas, para acabar pronto.

El caso es que los escándalos de moda con motivo de la red de corrupción están terminando de arruinar el nombre y prestigio del PAN y del PRI, lo que pesará como lozas en las espaldas de los candidatos que postulen en 2021.

Francisco García Cabeza de Vaca llegó al poder para hacer negocios, no para hacer política, y lo hace a manos llenas, pero en detrimento del partido que lo postuló pues no cuida las formas, no crea cuadros, no le limpia el camino al PAN, para ganar elecciones.

Puso como presidente en el partido del gobierno a un muchacho de cara extraviada, inmaduro, tierno, imagínese el lector, le dicen El Chamaco, El Travieso o algo parecido, no conoce el Estado ni la historia de los actores políticos.

Esta afortunada circunstancia política abona al proyecto de MORENA de consolidarse en Tamaulipas y ganar los cargos que estarán en juego en 2021, 43 presidencias municipales, 9 diputaciones federales y 22 diputaciones locales de mayoría relativa.

El problema es que MORENA no acaba de instalarse aquí. La semana anterior visitó Ciudad Madero el presidente nacional interino, Alfonso Ramírez Cuéllar, pero para cerrar asuntos secretos con el presidente municipal de la urbe petrolero, el millonario Adrián Oseguera Kernion.

Seguramente llegaron a un feliz acuerdo, pues Ramírez lo anunció como seguro repetidor en la presidencia municipal. Del resto de los municipios o del inminente proceso de selección de candidatos, Alfonso no se molestó en mencionarlos.

Es cierto que la magia del nombre AMLO hace llenar las ánforas de boletas cruzadas a favor de ese partido, pero se están confiando en exceso, se echan a la hamaca y se duermen en laureles ajenos.

Los tamaulipecos quieren y necesitan que Cabeza de Vaca y su pandilla desaparezcan del escenario político por haber resultado ser una plaga dañina, pero eso no va a ocurrir por generación espontánea, providencialmente ni por casualidad.

MORENA necesita ponerse a trabajar.

(Agencia de Servicios Informativos).