Lo que parecía impensable en Reynosa, Tamaulipas, está pasando: el choque de visiones entre Maky Ortiz Domínguez y su hijo el alcalde Carlos Peña Ortiz. No se percibe una ruptura ni mucho menos un distanciamiento entre ambos actores; no.
La diferencia de percepciones entre Makyito y Maky, es el volado que representa apoyar a un candidato a la gubernatura o a otro.
En tanto, la doctora mostró escepticismo para sumarse con el aspirante apoyado por MORENA-PV-PT, Américo Villarreal Anaya, el jefe edilicio, hizo prudentes acercamientos con el cardiólogo al tiempo de decirse morenista y activo de la IV T.
Se sabe, que Makyito aseguró al cardiólogo victorense que el apoyo de la estructura política municipal será para MORENA. Añadieron los testigos del encuentro, que el presidente municipal, externó respeto para la estrategia de su madre, al tiempo de afirmar -bajo esa premisa-, esperará a que las impugnaciones ante los diferentes órganos electorales concluyan su proceso para sumarse abiertamente al proyecto de Villarreal Anaya.
En el equipo de Américo, dan por cerrado el capítulo Reynosa.
De esa manera, Peña Ortiz, intenta tomar el camino autónomo que le garantice transitar sin raspaduras en los inciertos escenarios sociopolíticos de la región. De igual forma, desea superar los impactos negativos que puedan oscurecer su súbita como exitosa trayectoria en las filas de MORENA.
La ex alcaldesa, ya es mujer al agua.
Sus reiteradas protestas, -por su inconformidad con la selección interna del precandidato- la llevaron a una virtual quiebra de su alianza con el lopezobradorismo tamaulipeco; a la vez, Maky no entra en el proyecto del PAN en donde sólo la voz de su adversario -el gobernador del estado- suena.
La doctora lo sabe: su ciclo está por fenecer.
Y lo que menos pretende, es impedir el crecimiento de su vástago.
Esa circunstancia, también es una limitante para que la primera madre de Reynosa, se lance a los brazos de un panismo donde ya no tiene futuro.
Con la decisión de Makyito, la nebulosa red de poder en Reynosa, se aclara.
El panismo reynosense, seguirá siendo un actor preponderante en el sistema político de la ciudad.
El lopezobradorismo, con la adhesión de Peña Ortiz se galvaniza como el factor de mayor potencia, para seguir exhibiendo su hegemonía.
¿Qué pasará con la doctora?
Es lo de menos.
Luego de más de 10 años de estar en la cresta más alta de las políticas mexicana y tamaulipeca, le llegó el tiempo de ahuecar espacios para las nuevas generaciones.
Ya bailó lo suficiente.
Ahora le toca sentarse.
Doña Maky, ya es el pasado.
Lo de hoy, es Makyito.
¿Lo asimilará con filosofía la ex alcaldesa?
Makyito, jura amor a MORENA
