El gobierno de Texas derogó la orden judicial que permite los controles estrictos en la frontera con México, y que generó caos en esa zona en las últimas semanas.
El gobernador texano Greg Abbott canceló todas las inspecciones de las autoridades locales a los autobuses y camiones comercialesprovenientes de México.
De este modo, se soluciona la crisis que se había generado en los últimos días debido a esta orden cuyo objetivo era frenar el flujo de migrantes ilegales y drogas.
Muchos transportistas acusaron en las últimas semanas que tardaban más de un día en cruzar la frontera a Estados Unidos, un hecho que provocó la inconformidad de las cámaras comerciales más importantes del país latinoamericano.
El pasado 6 de abril, Texas dio luz verde a las inspecciones de todos los tractocamiones y autobuses que crucen la frontera sur de Estados Unidos bajo el argumento de la necesidad de tener mayores controles migratorios para evitar el tráfico ilegal de drogas y personas.
La decisión de Texas de endurecer sus inspecciones fronterizas se dio luego de que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) puso fin en todo el país a las expulsiones de migrantes bajo el Título 42, una política fronteriza que utilizó Estados Unidos para echar personas de su territorio justificando que se debía a controles sanitarios por la pandemia. Texas siempre fue un estado partidario de que esta medida continuara aunque bajaran los casos de COVID-19.
