La administración del millón

21 abril, 2022
La administración del millón

Se ha hablado mucho de los posibles gobernadores, de sus fortalezas, de sus debilidades, de sus formaciones, de sus creencias, de sus familias, de sus partidos…
¿Y el posible gabinete?
¿El equipo con el cual ejecutará sus políticas gubernamentales?
¿Los hoy candidatos, poseen en sus equipos cuadros político-administrativos, diestros y capaces de moverse con atingencia en los siempre voraces y turbulentos escenarios de la región?
Dos cosas son una obviedad, en estos momentos: los dos más potentes candidatos, van en coalición: Truco Verástegui y Américo Villarreal Anaya, son acompañados por el PRI y el PRD, el primero; en tanto el segundo, va de la mano con el PT y PV.
Obligado el asunto: de ganar, veríamos gabinetes de coalición, de unidad, lo que llevaría a ver en posiciones claves a representantes de esas organizaciones políticas en las diferentes áreas gubernamentales.
(Tendríamos que dejar fuera del gabinete, dos cargos destacados y estratégicos; podrían ser recomendados, de la Federación o los factores nacionales: Seguridad Pública y la Secretaría General de Gobierno).
Veamos los del Truco, primero:
1.- La vieja clase política, aún palpita. El priismo, sigue siendo fuente de personajes para cubrir cargos administrativos; no en vano, gobernador décadas en Tamaulipas. Sin duda, es el PRI, quien posee la cantera más diversa para esos retos. El nuevolaredense, Ramiro Ramos, el riobravense, Edgar Melhem, el victorense Enriquito Cárdenas del Avellano, el neopanista y priista, Oscar Almaraz, estarían en primer plano.
Algunos analistas, podrían adjudicarles algunos cuestionamientos morales, pero estamos hablando de funcionalidad no de cargas éticas.
2.- El PRD, es de todos el más depauperado. Apenas despuntan Jorge Sosa Phol y Elpidio Tovar de la Cruz, con perfiles más bien austeros. Otros liderazgos, dan pena por la modestia -casi indigencia- intelectual que arrastran.
¿Y los de Américo?
1.- Es uno de los candidatos más vigorosos, que flota en una paradoja: posee los niveles más altos de aceptación en el estado, pero cuenta con un equipo de trabajo -hasta ahora- mediano, sin presencia y sin conocimiento de la entidad, de su problemática, y de la capacidad para proponer soluciones a esos retos. Está apuntalado por la fuerza de un solo hombre: AMLO; en su entorno, se perciben hombres o mujeres apenas en eclosión.
Tendría que echar mano de sus alcaldes y un ex alcalde: Carlos Cantú Rosas, Mario la Borrega López, Adrián Oseguera Kernion y Lalo Gattás.
La Pandilla del Guachicol, capitaneada por Erasmo González Robledo, intenta salvarse incorporando a Olga Sosa a la administración estatal. Podrían colarla, pero sería un alto costo moral para la naciente administración villarrealista.
El Partido Verde, es un fantasma. Con todo y que su líder Manuel Muñoz Cano ya ejerció como alto funcionario en la administración de Eugenio Hernández Flores, es una pieza de muy pequeña dimensión.
Igual el Partido del Trabajo. Su principal y más respetable cuadro, es hoy regidor del Ayuntamiento de Victoria.
Se ve y se siente, como aquel presidente que encabezó la administración del millón: el número uno -era él- y seis ceros -sus colaboradores-.