El ex encargado del despacho de la gerencia general de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Reynosa, Ing. Juan García Guerrero, concedió una entrevista, a la distancia, al autor de estas líneas y a la periodista Martha Olivia López, en la que, de forma ambigua, se asume como un perseguido político del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.
Una semana antes de su participación en el programa «En la mesa en un 2 x 3», Juan García Guerrero, llamó la atención de los conductores del programa semanal de temática política, precisamente en una edición en la que abordamos el tema de los perseguidos y/o presos políticos del gobierno panista en Tamaulipas, por lo que puedo afirmar que fue el empresario de la construcción, García Guerrero, quien buscó ser entrevistado.
Juan García fue un tanto renuente a comentar los hechos y las circunstancias que lo mantuvieron en prisión durante casi cien días. Aunque pretendió enfocarse en la lucha de él, y de los panistas, por obtener triunfos, hacer buenos gobiernos, cancelar los abusos que cometían los priistas, etc., era obligado cuestionarle sobre su encarcelamiento.
Al mencionarle que de acuerdo a lo publicado por diversos medios informativos, lo habían encerrado por la asignación de un contrato millonario a una empresa «patito», a la que supuestamente se le otorgó un adelanto y se le cobró una comisión por la asignación del contrato (vulgarmente llamado «moche»), Juan García negó los hechos, señalando que la empresa era «reconocida», que tal vez tuvo problemas, y que al momento de entregar el «adelantó», él ya no trabajaba en la COMAPA.
Al referirle la versión de que el «moche» fue por una cifra que rondaba el millón y medio de dólares y que, de acuerdo a un columnista de Reynosa, fue recibido por el esposo de la presidenta municipal, Maki Ortiz, en una reunión organizada por el propio Juan García, el panista respondió que era falso, agregando que la licitación, y por ende el resultado de la misma, estuvo a cargo del NadBank y en cuanto a la entrega del “adelanto”, los funcionarios al mando en la COMAPA de Reynosa eran el gerente general, Néstor González y el gerente técnico, Jorge Herrera Bustamante.
En la ciber conversación con Juan García, nos dijo que las autoridades de COMAPA que le sucedieron, Néstor González y Jorge Herrera, llegaron al cargo en virtud de un acuerdo entre el gobernador y la presidenta municipal. También comentó que los hermanos del gobernador participan en las licitaciones de obra en carácter de empresarios.
En el tema de los trafiques con los descuentos que se otorgan a los clientes de la COMAPA, que es el asunto de la otra demanda en contra de Juan García, el constructor victorense afirma ser inocente y señala que los descuentos se aplicaron por inercia y de acuerdo a usos y costumbres, durante el tiempo que estuvo a cargo de la paramunicipal.
Entrando en el tema de su detención, Juan García refiere que lo detuvieron en Monterrey, en la casa de su esposa, sin antes haber sido notificado o requerido por la autoridad. Comenta que el gobierno tiene intervenido los teléfonos. García Guerrero menciona que primero estuvo en el penal de Reynosa y posteriormente lo trasladaron al de Altamira. Señala que lo mantuvieron aislado y que sufrió mucho deterioro su salud, con el alimento que le dieron, no apto para diabéticos, siendo ésta su condición, misma que informó debidamente a las autoridades del penal.
Al preguntar las razones que explican la persecución política y lo que Juan García señaló como «secuestro político», porque lo mantuvieron encerrado a cambio de algo, agregando que ese algo fue que incriminara a alguien más, el político que renunció al PAN el año pasado, para convertirse en el principal promotor del partido que impulsa Manuel Espino, afirma que siempre ha tenido posiciones encontradas con el «Ejecutivo» (del estado), que en las contiendas internas del PAN siempre fueron rivales.
Cuando le pregunté si esa persecución y encarcelamiento eran acciones en su contra o si se trataba de enviar un mensaje a la presidenta municipal Maki Ortiz, respondió que en la pregunta iba implícita la respuesta.
Juan García aprovechó la entrevista para declarar su afinidad con la presidente municipal de Reynosa Maki Ortiz, a quien le endosó una serie de virtudes y cualidades… que los reynosenses no validamos.
Interpretando lo que no dijo en forma textual, tal vez por recomendación de sus abogados, vemos que a Juan García lo detuvieron, en forma arbitraria y sin sujetarse al debido proceso, para presionar a Maki Ortiz. En algún momento le plantearon involucrar a la presidenta municipal de Reynosa en los mismos hechos que motivaron su aprehensión. Juan García no aceptó el trato y se mantiene firme en el proyecto de buscar la gubernatura con Maki Ortiz. Confiesa estar temeroso de que lo vuelvan a encarcelar.
Juan García afirma categóricamente que en el asunto de la licitación del carcamo 278, él no asignó el contrato, fue el Nad Bank; no entregó el adelanto o primer pago, fue Néstor González; no pidió ni recibió «moches»; ni autorizó descuento alguno.
El también presidente de una organización de empresarios de la construcción se asume como perseguido político, víctima del «Ejecutivo», de su grupo político en el que existen resabios por disputas añejas, de sus colaboradores cercanos y de todo el grupo que depende jerárquicamente y legalmente, así como de los que también dependen de hecho, más no de derecho, en un estado en el que la división de poderes es mera ficción.