El pasado 15 de julio de este año, el respetable morenista Alejandro Rojas Díaz Durán declaraba para un portal de noticias fronterizo y solicitaba que el candidato a la gubernatura de su partido, se definiese por encuestas.
Lo mismo volvió a hacer el 24 de julio proponiendo una encuesta y agregando ahora la realización de un debate. Todavía el tres de agosto el senador suplente de Ricardo Monreal (y ahora con un cargo honorario de Consejero Político), proponía que la definición de la candidatura tamaulipeca se diese por medio de una encuesta.
Un mes después, el seis de septiembre de este año, el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional de MORENA Mario Delgado Carrillo le concedió su deseo a Rojas Díaz Durán, al declarar que “el candidato de MORENA a la gubernatura de Tamaulipas será elegido en noviembre próximo a través de una encuesta a la militancia”.
Durante una visita realizada a la capital del estado, Mario Delgado formuló un llamado a todos los interesados en participar en el proceso interno de la marca guinda, para elegir candidato a gobernador. Los invitó a levantar la mano y con ello ser tomados en cuenta a la hora de la evaluación para determinar al más viable.
“La manera de saber a quien prefiere la gente es preguntándole a través de las encuestas. Entonces vamos a convocar a que, quien quiera participar lo manifieste y levante la mano, que le exponga al pueblo cual es su propuesta y que la gente decida”, dijo el dirigente formal del morenismo en el país.
Hasta ahí todo parecía marchar sobre ruedas, entre la reiterada petición de Rojas y la respuesta por parte del dirigente nacional de su partido.
Pero hace unos días, el pasado 27 de octubre, en una declaración al portal de noticias Elefante Blanco, el político monrealista ampliamente reconocido por sus fuertes y sostenidas críticas hacia el gobierno cabecista, cambió de parecer, en relación a sus anteriores planteamientos de carácter público.
En su discurso se produjo una extraña mutación, especialmente en lo concerniente al método a utilizarse para la elección interna de la candidatura a gobernador en Tamaulipas.
En esta ocasión ARDD ya no pidió encuestas y dijo que la elección de la candidata o el candidato de MORENA para el gobierno de Tamaulipas debe de realizarse por consenso entre las personas interesadas y dejar a un lado las encuestas.
Tal y como el también aspirante morenista a la gubernatura tamaulipeca lo plantea, lo que ARDD ahora solicita es que entre los actuales competidores internos haya una especie de votación para decidir quien de todos ellos debe ser el abanderado al primer cargo político del estado.
Aunque para realizar este que bien podría calificarse como un acuerdo entre los notables del morenismo tamaulipeco, pues no se necesitaría la intervención del CEN. Y se dejaría todo el asunto en manos de una grilla intestina que tal ves resultaría más costosa para efectos de unidad, que la propia encuesta.
Al menos los antecedentes de este tipo en la democracia interna del morenismo nacional, no son nada recomendables. Por lo general, lo que sucede es que los perdedores de la encuesta interna, le echan ,montón a quien resultó el ganador, y tratan de descalificarlo y echarlo fuera de la contienda.
Otra posibilidad es que si dos o más competidores internos, pertenecen a una misma corriente política, pueden armar consenso fácilmente.
Un antecedente de lo que sucede cuando entre los mismos protagonistas de la interna buscan decidir al candidato es el siguiente: en el proceso morenista del estado de Nayarit se registraron cuatro aspirantes al primer cargo político del estado. Y finalmente tres de ellos se unieron para tratar de sacar de la jugada al ganador de la encuesta el médico Miguel Ángel Navarro Quintero, cosa que no pudieron lograr con todo y una manifestación pública.
Finalmente el doctor Navarro se impuso en la elección constitucional por un margen de dos votos contra uno, a su más cercano competidor del Movimiento Ciudadano. La historia corroboró con creces que la encuesta era la correcta.
Durante el proceso interno de finales del 2020, para seleccionar a los candidatos de MORENA a la gubernatura, la vía para estas postulaciones fue la encuesta. Y los resultados de ganar once de quince gubernaturas, demostró plena eficacia metodológica en lo que a la calidad de las candidatas y candidatos se refiere.
De colofón, solo una pregunta:
¿Aquellos que ahora rechazan la encuesta como el método establecido por el CEN de MORENA para determinar al ganador interno de la candidatura a gobernador en Tamaulipas, están viendo que no la van a librar y por ello piden consenso..?
Finalmente la ecuación de la candidatura MORENA traducida en no mentir, no robar y no traicionar, avanza hacia una clara definición en Tamaulipas.
Habrá desenlace. Ya falta menos.