En el momento de la difusión de la fotografía de Rodolfo González Valderrama a punto de abordar el autobús que lo trasladaría de Tampico a la Ciudad de México, el asunto se prestó a mofa.
Intentaron ridiculizar al personaje que en los últimos años estableció la rutina de viajar, casi cada fin de semana, de la capital del país a alguna ciudad de Tamaulipas, para luego hacer el viaje de regreso, al concluir el fin de semana.
Algunos opinaron que González Valderrama fingía modestia, que solo quería aparentar humildad, que no era auténtico, que utilizó el transporte terrestre por excepción, precisamente para difundir esa imagen que no corresponde a lo que habitualmente hacia, que se trataba de un acto de demagogia y que antes de generar simpatía, le restaba «dignidad» a su persona, haciéndolo lucir como cualquier hijo de vecino.
Lo cierto es que hay razones poderosas para preferir el autobús sobre el avión, para quienes realizan el viaje partiendo de Ciudad Victoria o Tampico, con destino a la Ciudad de México. El viaje de la capital del Estado a la capital de la República es muy caro y las salidas son muy limitadas y en horarios poco favorables. El viaje desde Tampico resulta muy cómodo si abordas el autobús al final del día, pues el recorrido tiene la duración apropiada para llegar temprano a la ciudad de los palacios, luego de viajar y dormir toda la noche.
Pero estas «ventajas» lo son para quienes tienen un ingreso modesto y que no disponen de recursos en abundancia para viajar en avión privado. Los millonarios y los políticos con padrinos acaudalados, no tienen estos problemas a los que nos enfrentamos los simples mortales.
Es oportuno recordar esto, en tiempos en que se revisan y se divulgan los antecedentes de los aspirantes a la candidatura al gobierno de Tamaulipas, particularmente los que buscan esa oportunidad en morena, en el partido de un presidente que ha hecho apología de la vida sencilla, de la modestia, de la no ostentación, del desapego a las cosas materiales y del rechazo a los lujos y el derroche.
Se sabe que por lo menos un aspirante a un gobierno estatal, al parecer de Hidalgo, fue invitado a desistir y renunciar a su aspiración, luego de divulgarse que había viajado en un avión privado de un empresario.
Para el caso de Tamaulipas, no es secreto que la señora Maki Esther Ortiz Domínguez era (es) viajera frecuente en el jet del empresario de la construcción Rolando Cantú Barragán. En el Comité Ejecutivo Nacional de morena lo deben saber, o por lo menos imaginar, pues siempre acudió puntual a las citas para «amarrar» la candidatura de su Junior, sin poner objeción a horarios o calendarios, porque siempre dispuso del avión de Tracotamsa para ir a la capital.
Los políticos que hoy buscan ser candidatos de Morena al gobierno de Tamaulipas, -algunos de ellos-, quisieran borrar de su pasado, y de los archivos digitales de internet, esas imágenes y esos recuerdos de los tiempos en que disfrutaban de las ventajas y privilegios que te ofrecen cuando eres servidor público… Desde luego que disfrutaron de ese tiempo, pero hoy se trata de fingir empatía y simular un estilo de vida que predica y practica el gran elector de morena.