En los recientes años, muchas damas -por el sólo hecho de serlo- han escalado diversos cargos de representación popular. En todos los partidos, existe ese derecho que por décadas muchas mujeres organizadas pidieron y que hoy -logrado con muchos esfuerzos y movilizaciones-, pocas disfrutan aquel acontecimiento que ahora se tornó en privilegio.
Fue un inicio esplendoroso ese mandato jurídico.
En la actualidad, esos frutos se perciben podridos y hasta de penas propia y ajena.
(Al menos aquí en Tamaulipas).
En MORENA, se han registrado cuatro damas, que por el sólo hecho de serlo, aspiran a que el partido las postule.
Ni hay ni propuestas, ni proyectos de gobierno ni de partido, ni siquiera una pinchurrienta idea que les dé sustancia como mujeres y como políticas progresistas.
No.
Nada de eso.
Ellas piden ser candidatas, porque “a las mujeres ya les toca”, dice la más estólida y la más inmoral, anti-ética, monárquica y acomodaticia de las precandidatas.
Ese “a las mujeres ya les toca”, es la descripción exacta de todas las chicas morenistas que pretenden abanderar al lopezobradorismo el 2022. Es su programa; es su horizonte; es su faro; es su brújula; en suma: esa frase hueca, superficial, anodina, es lo que retrata sus endurecidas y empequeñecidas mentalidades.
Todas, todas, han visto pasar la vida en sus cómodas poltronas y hamacas de sus casas y oficinas. Jamás, ni por asomo, han participado en los esfuerzos de organización de las mujeres en Tamaulipas. Algunas -como Susana Prieto- fueron a parar a la cárcel por defender a sindicalistas de la frontera.
¿Y los cientos de chicas desaparecidas en todo el territorio tamaulipeco -por las más diversas razones-, por qué nunca les ha movido la conciencia a las coquetas precandidatas?
¿Y las mujeres que ahora se anotan como precandidatas, qué hicieron por la defensora de los derechos laborales de miles de féminas en Matamoros?
Les diré :
Maky Ortíz, saqueaba ciudad Reynosa.
Carmen Lilia Cantú Rosas, vivía en Laredo, Texas y se deleitaba cada fin de semana de shopping en Laredo.
La senadora, Lupita Covarrubias, estaba encerrada en su casa de Tampico, pensando en cómo trasladarse a la CDMX a cobrar cada quincena en el Senado.
Deveras: esas mujeres de chaleco guindo, que pretenden ganar con el puro sexo, ya perdieron…
…la dignidad, la prestancia, la decencia y la sensatez.