El amago de Maky Ortíz Domínguez de abandonar MORENA, para forzar una negociación ventajosa para ella y su familia, no parece estar dándole resultados favorables. En la reciente visita del dirigente nacional, Mario Delgado Carrillo, se negó a llegar acuerdos con el precandidato oficial, Américo Villarreal Anaya.
No se sabe si fue invitada o no, al evento de hace unos días en Reynosa, Tamaulipas, sede de la familia makyiavélica, que fue parte de la precampaña del Senador.
Ni la doctora ni su hijito, Makyito, -beneficiario directo del partido guinda, toda vez que lo postuló para el cargo, dejando al margen a militantes lopezobradoristas con mayores méritos y militancia- acudieron a presentarles sus saludos al líder nacional.
No ocurrió ese gesto que hubiera descongelado el ambiente al interior del lopezobradorismo, generado por las quejas de Maky.
El acto de Américo, fue una flecha envenenada para los makyiavélicos: si se hacían presentes, avalaban la elección del Senador; si no iban -como finalmente ocurrió- se mostrarían como rupturistas.
De otra forma: cualquier camino, debilitaba la posición de Maky y sus familiares al interior y al exterior de MORENA.
Así ocurrió.
Compañeras de viaje -sobre todo por su bandera feminista- se le retiraron. La alcaldesa de Díaz Ordaz, Nataly García y la diputada riobravense, Casandra de los Santos, se han sumado abiertamente con el precandidato Villarreal Anaya. Es decir: la ex alcaldesa reynosense, dejó de ser una opción válida para cuadros femeniles morenistas que en su momento la vieron como una propuesta viable para Tamaulipas.
El empecinamiento por ser candidata a cualquier costo -se incluye el económico- le han hecho poner el ojo en otras trincheras electorales. Se ha movido con ansia en el Movimiento Ciudadano para descarrilar un proyecto que desde hace meses ha construido Arturo Diez Gutiérrez.
Al parecer las posibilidades de concretar ese acuerdo, están muy lejanas.
¿Qué pasa con la militancia de MORENA -sobre todo la reynosense- que la apuntaló para participar en la encuesta?
Lo que se esperaba: una minoría, la seguirá hasta la ignominia -nómina más bien-; una sustancial mayoría, se sumará con el candidato morenista.
¿Quitará votos a Américo, el mohín de Maky?
Los mas prudentes observadores, consideran que esa resta podría llegar a un 12 por ciento de los sufragios reynosenses. Fuera de Reynosa, sus influencias son claramente nulas.
Nada mal, para Villarreal Anaya y MORENA.
Es un precio barato, para la negatividad y las tensiones que los makyiavélicos, le incorporarían a la campaña constitucional.