Para algunos observadores de los procesos políticos de Tamaulipas, lo que ocurre en el Congreso del estado, es asunto de asombro y de preocupación. Esos líderes de opinión, han dado por definir con simplezas y conceptos balines, -polarización, falta de liderazgo de morenistas y panistas, ausencia de división de Poderes, pleito de comadres, Gobernador ventajoso-, ese abigarrado como novedoso escenario.
¿Qué está ocurriendo en la LXV Legislatura?
Ese paisaje sociopolítico, se puede sintetizar en una frase: reacomodo de mayorías en el Poder legislativo. En efecto: tras casi un siglo del control absoluto del Poder ejecutivo, sobre el Poder legislativo la entidad, se está viviendo ahora, un acontecimiento inédito, con el cual se trastocó aquella relación que inhibió a los diputados actuar como entes independientes, en personajes de libre albedrío en el quehacer de la Ley.
La ventajosa posición del gobernador sobre los legisladores, es herencia de regímenes centralistas de un solo hombre. Las Constituciones federal y local, poseen ingredientes que legitiman acciones de los Ejecutivos aún y cuando decisiones tales sean contrarias a la Justicia -una cosa es lo justo; otra, lo legal- pero estrictamente apegadas a Derecho.
El asunto del reemplacamiento es un ejemplo de ello.
Fue injusta esa medida: muy cierto.
De lo que nadie puede acusar de ilegal, es el pago de placas.
Igual lo del presupuesto.
El Ejecutivo, tiene la voz final para mandarlo como le guste. (¿Acaso no se eligió un gobernador, al quien se le dieron esos poderes a plenitud?).
El Legislativo posee potestad -en términos relativos- para crear la arquitectura legal que crea conveniente para normar la vida de los hombres en sociedad. El Ejecutivo, tiene a mano una figura que es la esencia de su poder unipersonal -se exagera para ilustrar-: el veto.
Esos diferendos entre Poderes, serán un cuento de nunca acabar hasta el 2024.
Nadie debe sentirse frustrado por esa nueva correlación de fuerzas entre Poderes en la entidad. Esa fue una decisión inapelable e inatacable, del electorado quien se dio la forma de gobierno -gobernador y diputados- que consideró en su beneficio.
¿Que hay debate rasposo?
Bienvenido.
(En Japón -respetuoso país, entre los países respetuosos- terminan a puñetazos; en la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, Kruschev hizo de su zapato un mazo para sentenciar sus discursos tanto en Moscú, como en la sede de la ONU. Una llamada de atención por parte del morenista, Armando Zertuche Zuani a una diputada panista, concluyó en pleito de barandilla y la dama terminó con poses casi histéricas).
¿Qué el gobernador veta?
Está en su derecho.
¿Qué los diputados en cualquier presentación, no pueden obtener más de las dos terceras partes de la votación que haría la Mayoría calificada?
Tendrán que trabajar más, en la construcción de consensos.
La delineación de una colaboración más saludable entre el gobernador y los legisladores, será el inicio de un nuevo régimen.
Y ese esperado fenómeno, parece estar ya en marcha.