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En temporada invernal aumentan las enfermedades respiratorias

diciembre 27, 2024
En temporada invernal aumentan las enfermedades respiratorias
  • El frío y una mayor circulación de microbios en el ambiente predisponen a enfermedades
  • Tomar agua en abundancia, descansar, mantener medidas de higiene y proteger a los más vulnerables es indispensable para prevenir y romper con los contagios

Ilse Valencia

¿Te has preguntado por qué en temporada invernal tú o las personas a tu alrededor contraen enfermedades respiratorias con mayor facilidad? Esto tiene que ver con condiciones que se dan en estas fechas y que influyen en que nuestro organismo sea vulnerable a virus y bacterias.

“Según reportes de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, cada año, en otoño e invierno, se incrementan los casos de padecimientos respiratorios, y en enero se registra el mayor aumento”, explica Mauricio Rodríguez, profesor de la Facultad de Medicina y vocero del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE) de la UNAM.

El especialista agrega que, en 2023, el total de infecciones respiratorias agudas, Covid-19, faringitis por estreptococo, bronconeumonías y neumonías fue de 18 millones 676 mil 390: siete millones 894 mil 484 en los meses de primavera-verano (abril-septiembre) y 10 millones 781 mil 906 en otoño-invierno (octubre-marzo). Es decir, en temporada de frío hay un aumento de 37 por ciento en comparación con la de calor.

¿Por qué en invierno?

En invierno ocurren cambios climatológicos que predisponen a las enfermedades. El aire seco típico de esas fechas genera mayor circulación de microbios en el ambiente y, si a eso se suma la poca ventilación en espacios cerrados debido a las bajas temperaturas y que hay más gente reunida en lugares pequeños debido a las festividades decembrinas, los contagios aumentan, menciona el académico.

Además, el aire helado modifica el organismo. “Si traes un microbio y lo sometes a situaciones extremas, sobre todo de frío y estrés, se pueden dar las condiciones adecuadas para causarte una infección”.

En el tracto respiratorio hay una capa de moco que ayuda a atrapar polvo, polen y microorganismos (bacterias, virus y hongos), y protege la parte interna del área (nariz, boca, laringe, faringe, tráquea, bronquiolos, bronquios y pulmones). Las células de la zona tienen estructuras llamadas cilios que son como escobillas que barren la mucosidad, y lo ahí atrapado llega al estómago y es destruido por los ácidos gástricos.

“Sin embargo, en esta época, al haber menos humedad ambiental, el moco se vuelve más delgado e incluso se seca casi por completo en algunas partes, lo cual evita la captura de patógenos y favorece la aparición de infecciones. De igual manera, cuando el aire es gélido, los cilios se mueven menos, la mucosidad no avanza igual y los microbios no se eliminan de la misma manera. Estos dos elementos son suficientes para que haya más padecimientos respiratorios”, plantea.

Al mismo tiempo, el clima invernal provoca que la temperatura del cuerpo descienda y, cuando el organismo intenta regularla, pueden darse cambios en la respuesta inmune que, junto a otros factores, nos vulneran. “Para estabilizar este proceso térmico necesitamos agua. Si no bebes la suficiente tu cuerpo sacará energía de algún otro lado y te deshidratarás. Si eso acontece producirás menos secreción en la nariz y garganta, y ocurrirá lo antes mencionado. Una cosa lleva a la otra”.

El académico indica: “Al haber más casos de enfermedad, el riesgo de que se den más contagios aumenta de forma proporcional, y viceversa”.

Prevenir y atender

Para tener una respuesta inmune eficiente y prevenir contagios, Mauricio Rodríguez recomienda: respirar aire no tan frío; descansar de forma adecuada para que el cuerpo se recupere; beber agua simple en abundancia; ventilar espacios cerrados; seguir medidas de higiene como el lavado de manos; estornudar y toser cubriéndose con el antebrazo; usar cubrebocas si se está enfermo, y proteger a los más vulnerables.

También sugiere saber detectar si trata de una alergia, faringitis, laringitis o catarro (muy comunes en esta época del año) o si estamos ante afectaciones mayores. “Lo primero es la historia individual, hay quienes saben que en estos meses tienen alergia porque presentan ojos llorosos, congestión nasal y moco claro y continuo. Con el catarro hay estornudos, molestia en la garganta y pueden cambiar las características del moco. La faringitis se caracteriza porque te duele al tragar, hablar o toser. En una laringitis estás disfónico. Tales sintomatologías debe evaluarlas un médico para determinar la causa y manejo adecuado para cada persona”.

Si hay fiebre, dolor en articulaciones y cabeza, ataque al estado general, cansancio o tos persistente, debe prestarse atención pues podrían indicar otro tipo de infección como COVID-19 o influenza. En caso de neumonía (la enfermedad más grave del sistema respiratorio) hay síntomas puntuales relacionados a la baja oxigenación de la sangre por el daño en los pulmones: las puntas de los dedos y los labios se ponen azules, y hay somnolencia y dificultad para respirar.

El especialista del PUIREE añade que durante esta temporada también  aumenta el uso indiscriminado de antibióticos, pues cuando las personas sienten algún malestar los toman de su botiquín o los compran sin prescripción médica. Por ello, ante signos que señalen posibles padecimientos, lo adecuado es asistir a consulta y no automedicarse.

Mauricio Rodríguez finaliza subrayando que, a pesar de recibir las vacunas contra COVID-19, influenza o neumococo, se pueden contraer otros microbios presentes en el ambiente. “Hay que tomar precauciones generales y evitar situaciones en las que te puedas contagiar. Aunque estés vacunado o vacunada no te confíes y, cuando tengas síntomas, cuídate y frena la transmisión con medidas de higiene”.