Se estima que en el segundo trimestre de 2025 la actividad económica global se habría expandido a un
ritmo ligeramente mayor al del trimestre anterior. Ante el actual entorno de tensiones comerciales, se
sigue anticipando que la economía mundial y la de Estados Unidos se desaceleren este año y el próximo
respecto de 2024. Los mercados financieros continuaron registrando menor volatilidad. El dólar se
apreció. Las tasas de interés gubernamentales en Estados Unidos disminuyeron, mientras que en la
mayoría del resto de las principales economías avanzadas mostraron incrementos moderados,
especialmente las de largo plazo. Las inflaciones general y subyacente presentaron un comportamiento
heterogéneo entre países. En su última decisión, la Reserva Federal mantuvo sin cambio su tasa de
referencia. Entre los riesgos globales destacan el escalamiento de las tensiones comerciales y el
agravamiento de los conflictos geopolíticos, con posibles impactos en la inflación, la actividad económica
y la volatilidad de los mercados financieros.
Desde la pasada decisión de política monetaria, las tasas de interés de valores gubernamentales en
México registraron disminuciones a lo largo de la curva de rendimiento. El peso mexicano osciló sin una
tendencia definida. De acuerdo con la estimación oportuna del PIB, en el segundo trimestre de 2025 la
actividad económica registró un crecimiento superior al del trimestre anterior. Sin embargo, persisten
condiciones de holgura ante la debilidad que ha venido mostrando. El entorno de incertidumbre y de
tensiones comerciales implica importantes riesgos a la baja.
La inflación general disminuyó de 4.51% a 3.51% entre la primera quincena de junio y el mes de julio.
Este resultado se explica por una reducción en el componente no subyacente. La subyacente pasó de
4.20% a 4.23% en el mismo periodo. Las expectativas de inflación general para el cierre de 2025
aumentaron. Las de mayor plazo permanecieron relativamente estables en niveles por encima de la
meta.
Los pronósticos de inflación general se mantuvieron prácticamente sin cambios. Las previsiones para el
componente subyacente presentaron cierto ajuste al alza en el corto plazo. Se continúa esperando que
la inflación general converja a la meta en el tercer trimestre de 2026 (ver cuadro). Los pronósticos están
sujetos a los siguientes riesgos. Al alza: i) depreciación cambiaria; ii) disrupciones por conflictos
geopolíticos o políticas comerciales; iii) persistencia de la inflación subyacente; iv) presiones de costos;
y v) afectaciones climáticas. A la baja: i) una actividad económica menor a la anticipada; ii) un menor
traspaso de aumentos en los costos; y iii) menores presiones por la apreciación reciente. Se considera
que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de
pronóstico mantiene un sesgo al alza, si bien este es menos pronunciado que el enfrentado entre 2021
y 2024. Los cambios de política económica por parte de la nueva administración estadounidense han
añadido incertidumbre a las previsiones. Sus efectos podrían implicar presiones sobre la inflación en
ambos lados del balance.