Alicia Esparza García ha llegado hoy viernes primero de noviembre a sus noventa años o dieciocho lustros, nuestra amada madre, modelo 1934. Le agradezco la vida, los abrazos, los sabios consejos, las horas buenas, su caudal de experiencias, su gozosa vocación por el lenguaje corporal y esgrima verbal inigualable que he testimoniado por 66 años.

Alicia Esparza ha sido una mamá de excelencia e integridad inspiradora, fuerte, visual, relampagueante inteligencia, ocurrente e inamovible en convicciones y decisiones, además de lectora, siempre realizando tareas creativas de toda índole en sus espacios caseros de Parral, Guadalajara y Brentwood, para que éstos tuvieran calor, refugio y aroma deleitables.

Alicia, Alice o Licha Rocha ha sido una mujer de hogar entre su esposo, sus cuatro hijos, sus amistades, su amiga Mary Alatorre, sus gallos, la jardinería y la combi, además de aquellas disertaciones en ANSPAC. Ahora comienza repasar recuerdos y ecuanimidad espiritual para decir hágase Señor su voluntad. Abro mi corazón y digo: Felicidades mamá.